sábado, 10 de mayo de 2008

ARARAT (AGRI DAGI)

El Ararat es una de esas montañas que resulta más bonita de lejos que de cerca. Es una de esas montañas cuya contemplación y leyenda resulta más bella que su ascensión. Sin duda, una montaña para románticos.


No resulta fácil, sin embargo, organizar la escalada del Agri Dag. Al menos con 2 meses de antelación deberemos tener claro que queremos subir, y que estamos dispuesto a pasar por el aro (los aros) burocráticos que el gobierno turco impone. Para más ‘inri’, no está en Turquía, al menos si nos ponemos del lado de los Kurdos. No merece la pena llevar todo organizado. En ningún sentido. Perderemos la ‘salsa’ de la improvisación, del regateo, del hoy dónde como, del cómo se llega a Doguvayazit… toda la aventura en los viajes aborregados de agencia ‘all included’ se reduce a ‘¿dónde está la tienda comedor?’ O ‘¿dónde nos llevan mañana?’ (frases oídas a un grupo de Españoles en el Ararat que se gastaron justo el doble y disfrutaron justo la décima parte).

No me enrollo más. Al grano. Los trámites están perfectamente explicados en la web del consulado: http://www.tcmadridbe.org/visados_agri.htm. La parte más engorrosa es el pago a la Federación Turca de Montaña, ya que los bancos no suelen tener claro la manera de realizar el ingreso. NO olvidéis el justificante del banco en el viaje a Turquía. Tampoco dejéis todo para el último momento como hicimos nosotros y realizad los trámites con más de 2 meses.

El viaje.

Nosotros fuimos a Estambul y de ahí a Erzurum en un vuelo interno. A esta ciudad viajamos con Pegasus Airlines (http://www.flypgs.com/) y no tuvimos ningún problema comprando el billete electrónico desde España. También se puede viajar a Van, la distancia al CB es más o menos la misma. Nosotros elegimos Erzurum por quedar mejor situado para la segunda parte del viaje (Kaçkar Dag).

En Erzurum merece la pena quedarse un día (no más) para ver alguna Madrassa y alguna Mezquita chula. Luego, toca un Bus a Doguvayazit. Son 4h 30´ de carretera. Una vez en Doguvayazit no hay más remedio que pasar por el aro y soltar la pasta una vez más: no se puede subir al Agri Dag sin un guía titulado. Nosotros contactamos con una agencia, Ararat Trek (http://www.ararattrek.com/) en la misma ciudad, no llevábamos nada hablado de casa. El jefe se llama Zafer Onay y es un tipo serio. Pagamos por las mulas, guía y transporte hasta donde llegan los vehículos 200€ por cabeza. El cálculo inicial era de 4 días en la montaña, aunque finalmente fueron 3. Compartimos todo ello con 2 Suizos, por lo que éramos 5 en total. Creo que se podría apretar más, o bien contactar directamente con un guía. Si el tiempo está de vuestro lado, merecería la pena darse algún paseo por la ciudad y preguntar en los cafetines.

La ascensión.

El Ararat se eleva majestuosamente sobre la meseta de Anatolia más de 3.000 m. No me extraña que, quien escribiera la historia de Noé, embarrancara a su personaje en este pico. El pequeño Ararat, todavía más perfecto y cónico, no se puede subir por ser fronterizo.

El primer día es bastante placentero. El coche nos deja a 2.100 m, y allí cargamos las mulas. Sin peso, el camino se hace agradable y más que tranquilo. Se tarda unas 3h 45’ en alcanzar el C1, a 3.200 m. Las vistas del Ararat nos acompañan todo el rato, y nuestra imaginación traza vías por los pinos neveros que caen de la cumbre. Es conveniente subir agua, ya que no hay en el C1.

La subida al C2 es menos agradable: ya no hay vegetación, y el camino se vuelve áspera pedrera que zigzaguea por las laderas del monte. Metemos un poco de caña, ya que nos parece que el C2 debe estar hasta arriba de gente y desde lejos no se intuyen muchos sitios para la tienda. Tardamos poco, 2h 15’, y pasamos el resto del día aclimatando (o sea, bebiendo y poco más). Hay unas 15 plataformas para plantar las tiendas, y muchas de ellas están reservadas por las agencias borreguiles que suben a los que pagan. De nuevo el dinero lo pone todo fácil.

Día de cumbre. Nos levantamos muy pronto, a eso de las 12h 30’. Yo no soy muy partidario de tal madrugón, sobre todo porque el glaciar es muy pequeño, y sin riesgo de grietas o avalanchas. ¿Qué más da atravesarlo a las 4 que a las 9?. Finalmente, el hecho de madrugar, marco la crucial diferencia entre disfrutar de una ascensión solos en la montaña y alcanzar a una cumbre solitaria con subir asqueado y llegar a una cumbre atestada. La ruta transcurre por la ladera SE, hasta llegar a la nieve, a unos 4.900m. Ya por terreno glaciar se alcanza un collado y de allí, girando a la derecha, a la cumbre. Subimos por primera vez junto al guía y los Suizos. Se orienta muy bien en la caótica pedrera y nos canturrea en Kurdo. La subida es pesada. No es el día de suerte de mis compañeros. Al que llevo delante se le revienta la mamona (perdón, idrateision baj) y le empapa los riñones. Y al otro compañero… luego viene la historia. Pasito a pasito y con más frío y viento que el esperado llegamos al nevero/glaciar. Nos ponemos los crampones (no consideramos necesario piolet) y en dos patadas llegamos a la cumbre. Hemos tardado 4 horas en alcanzar los 5.134 m. No pasamos mucho tiempo arriba por el viento y el frío, así que empezamos a bajar antes de que llegue nadie. Los Suizos, potan alegremente en la cima y luego inician la bajada.

Nos adelantamos al guía en la pedrera, ya que vamos a buen ritmo, y él tiene que esperar a los Suizos. Javier, que va ligero, tropieza. Veo como da varias vueltas de campana por la descompuesta y pina pedrera hasta parar. Se lleva la mano a la frente… cuando llegamos hasta él sangra abundantemente por la ceja. Tiene una buena brecha, casi se le ve el cráneo. Con el susto en el cuerpo, pero en el fondo aliviados (podía ser peor) le hacemos una cura de urgencia y al C2. Pese a lo complicado de la situación, tenemos ánimo de fijarnos en el espectáculo que se está representando ante nosotros: la sombra del Ararat se estira infinitamente por la meseta Anatoliense hasta casi perderse en Europa. Una vez en C2, con el botiquín que llevamos, le limpiamos bien la herida y le ponemos una venda. Nuestro plan de echar una cabezadita en el C2 y continuar más tarde, se desvanece e iniciamos el descenso al C1 con la esperanza de conseguir un caballo. Y, efectivamente, lo encontramos… sólo que nos piden 110 USD por bajarle. ¡¡Que les den por culo, hombre, que se aprovechen de las desgracias de otro!! (estos de Bilbao son duros como el pedernal). Comemos algo y para el C0… Llegamos muy cansados. Han sido 3000 m de bajada y 1100 de subida. Para rematar el día, 4 puntos de sutura sin anestesia (de Bilbao y de la margen derecha) y un par de cervezas.

La sensación que nos queda...

ha sido agridulce. No nos ha entusiasmado la montaña, en realidad nos ha tratado bastante mal. No volveremos al Ararat, pero tampoco nos arrepentimos de haber venido. Nos espera ahora un largo viaje de vuelta hasta alcanzar el próximo objetivo, el Kaçkar… pero esa es otra historia y debería ser contada en otra ocasión.

AUDIOVISUAL EN:

http://www.photodex.com/sharing/viewalbum.html?alb=133295


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